Torrijas sevillanas
Son un dulce tradicional en Cuaresma. Se desconoce cuál es el momento exacto en el que las torrijas comienzan su andadura, sin embargo, se cree que datan de la Edad Media y, a partir de aquí, la receta se propaga con rapidez por su fácil elaboración. Su cuna la encontramos en los conventos de Andalucía y era el remedio perfecto para aprovechar el pan sobrante. Poco tiempo después, se comenzaron a preparar en las casas.
1 paquete de pan de torrijas ( lo venden en supermercados y panaderias) o pan de barra duro cortado en rodajas
3 huevos batidos
aceite de oliva
4 cucharadas de azúcar
un litro de vino blanco
2 cáscaras de naranja y/o de limón
1 palo de canela
500 gr de miel
500 ml de agua
Calentar un poco el vino con el azúcar, una de las cáscaras y el palo de canela, para conseguir evaporar un poco el alcohol y para que coja sabor de esos ingredientes.
Calentar abundante aceite con el palo de canela y la otra cáscara, friéndolos un poco para que este aceite también coja saborcito y retirar la canela y la cáscara.
Remojar las rebanadas de pan en el vino, solo meter y sacar, sino quedarán muy mojadas, además de que el vino al estar caliente empapa más rápido. Pasar por huevo batido y freírlas en el aceite hasta que estén doradas.
Hay que ir colando el aceite de vez en cuando ya que se ensucia rápidamente y es conveniente freírlas en tandas pequeñas para que no amontonarlas y que se nos puedan romper. Escurrirlas sobre papel absorbente.
Después ir colocándolas en una fuente ordenadamente. Una vez que tenemos todas, dar un hervor a la miel con el agua y verter este líquido sobre la fuente de las torrijas. Dejar que se enfríen unas horas y cuando las vayamos a servir escurrirlas con una espumadera antes de ponerlas en el plato.
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